Luca tiene 4 años y mucha sangre fría. Víctor, el padre del niño, ha explicado:
“Mi mujer es diabética y porta una bomba de insulina que evita que tenga que pincharse". Aquel día, durante la siesta, la bomba falló e inyectó más insulina de la que debía y provocó a la madre de Luca un bajón de azúcar muy grande que la dejó inconsciente.
Cuando el niño se despertó de la siesta se puso a jugar y su madre cayó del sofá. Luca recordó lo que su profesora y sus padres le habían explicado hacía algún tiempo. Cogió el teléfono de su madre, lo desbloqueó, marcó el 112 y luego dio al botón verde. Acercó el teléfono a la oreja de su madre y luego pidió a los servicios de emergencia que vinieran rápido que su madre estaba mala.
Luca recordó su dirección y aseguró a los sanitarios que él les abriría la puerta de casa. Luego llamó nueve veces más. “Él no es muy consciente del tiempo, le dijeron 10 minutos y tardaron veinte y Luca seguía llamando”, ha explicado su padre.
Después de llamar a los médicos, Luca se hizo cargo de su hermana de 24 días. “Su hermanita se puso a llorar. Él la sacó del cuco, la acunó en sus brazos, cuando se calmó la dejó en el cuco y luego llegaron los de Emergencias”, ha relatado Víctor. “Luca se acordó de todo lo que le habían explicado y ha servido para que su madre esté bien. Es gracias a él, su madre podría estar en coma y su hermana deshidratada, pero Luca se acordó de todo”.
La Llei de Prevenció, al paràgraf 4 del seu preàmbul, parla del paper del sistema educatiu en un canvi de cultura un paper que pocs docents han assumit. La formació sobre seguretat i salut ha d'entrar a les escoles. Pocs mestres ho fan tot i que hi ha molt material pedagògic per a fer-ho. Felicitem a la mestra de Luca per la seva bona pensada. Mai saps quan podràs salvar una vida.
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