dimecres, d’agost 02, 2000

Riesgos de la telefonía móvil

Con cierta frecuencia la prensa se hace eco de informaciones contradictorias sobre los riesgos para la salud de los teléfonos móviles y las antenas repetidoras. La extensión del uso de los teléfonos móviles hace recomendables una serie de puntualizaciones para tranquilizar a algunos y favorecer, en todos, un uso más seguro de estos aparatos.
  • La sospecha de riesgos para la salud del uso de teléfonos móviles no es nueva. Desde mediados de los 90 ha menudeado los artículos sobre este asunto en revistas médicas especializadas. No existe acuerdo en la comunidad científica sobre la posible relación causal entre el uso de móviles y efectos tales como pérdida de memoria, transtornos neurológicos, transtornos de la reproducción y cáncer. Esta incertidumbre hace aconsejable un uso prudente de los teléfonos móviles.
  • Los niveles de radiación que reciben los usuarios de los teléfonos móviles se sitúan, en el peor de los casos, por debajo del 10% de los valores de referencia usados por las agencias competentes en temas de higiene industrial. Estos valores se refieren a efectos no estocásticos (generación de calor en los tejidos) pero no son aplicables a efectos como la mutagénesis i el cáncer. En cualquier caso, un valor de referencia NO representa el límite entre condición segura y condición peligrosa.
  • La investigación de los efectos sobre la salud de la telefonía móvil está condicionada por múltiples factores hacen necesaria la cautela antes de aceptar ningún resultado en uno u otro sentido: corta experiencia histórica, dificultad de establecer grupos control (no expuestos), naturaleza estocástica de parte de los efectos a valorar y fuertes intereses económicos contrapuestos.
  • Los teléfonos móviles emiten continuamente, más en funcionamiento que en reposo y más con baja cobertura (p.e.: dentro de un edificio) que con cobertura óptima. La intensidad de los campos electromagnéticos está en relación inversa con el cuadrado de la distancia. Una medida básica de protección es mantener el teléfono separado de nuestro cuerpo siempre que sea posible (mejor sobre la mesa o en la cartera que en el cinturón o en el bolsillo). En aquellos modelos que lo permitan extender la antena para hablar.
  • Un creciente número de accidentes de circulación está asociado a distracciones provocadas por los teléfonos móviles. Los conductores deberían llevar el teléfono desconectado o, alternativamente, instalar un sistema manos libres que permita atender las llamadas entrantes sin separar la vista de la carretera ni tocar el teclado, ni para descolgar ni para colgar. Para efectuar llamadas es necesario siempre parar el coche al margen de la vía.
  • Los teléfonos móviles no son aparatos eléctricos protegidos y pueden interferir con otros aparatos con efectos muy graves tales como

    • dar lugar a explosiones en presencia de atmósferas inflamables (gasolineras).
    • interferir las comunicaciones en aeronaves.
    • disparar de forma intempestiva los airbags; interferir con el ABS, inyección y otros sistemas electrónicos del coche.
    • disparar de forma intempestva instalaciones de gases para extinción de incendios (riesgo de asfixia para los ocupantes). 
    • interferir con aparatos médicos de radiodiagnóstico.
    • interferir con marcapasos, audífonos y otras prótesis electrónicas.

  • Por lo que respecta a las antenas repetidoras el caso es similar. Aunque la potencia de emisión de estas antenas es relativamente baja (menos de un 1% de una antena de FM o televisión) el hecho de hallarse cerca de nuestras casas, en azoteas y terrados hace que deba prestárseles cierta atención. Las antenas de telefonía deben estar a más de 6 metros de las personas más próximas, refiriéndonos, claro está, al frente de la antena pues es en esta orientación fundamentalmente en la que emiten. La distancia indicada se considera ya segura e irrelevante la radiación recibida. Si añadimos la existencia de hormigón y forjados estaremos introduciendo un factor de seguridad de 5 a 10. Los teléfonos móviles no son aparatos eléctricos protegidos y pueden interferir con otros aparatos con efectos muy graves tales como:
    • Usar el teléfono sólo donde no existe alternativa de telefonía fija. En la oficina usar preferentemente el teléfono fijo, programando el desvío de llamadas a la centralita.
    • Usar el teléfono móvil en exteriores o cerca de ventanas. Evitar las conversaciones en situación de baja cobertura.
    • No mantener conversaciones prolongadas con móvil.
    • Llevar el teléfono en la cartera, no en el bolsillo o cinturón.
    • Usar dispositivos de "manos libres".
    • Desconectar el teléfono dentro de los automóviles o usar instalaciones "manos libres" con antena en el exterior.
    • Desconectar imperativamente el teléfono en gasolineras, aeronaves, centros de radiodiagnóstico, almacenes de inflamables y, en general, en cualquier lugar que se nos indique.
  • Lo aquí expuesto figuara en el manual de instrucciones de cualquier teléfono móvil, leedlo atentamente y seguid sus recomendaciones. Ante el interés de este tema el servicio de Prevención mantiene un seguimiento de las publicaciones relativas a telefonía móvil y salud; la informació recogida está a disposición de quienes deseen profundizar en el tema.